viernes, 20 de noviembre de 2009

Claaro

Ser padre es otra cosa, ser padre no es acostarse por calentura y no cuidarse, ser papá no es sólo pagar el micro que te lleva al colegio, ser papá no es tirar unos pesos al pibe para que valla al kiosko. Ser papa es otra cosa.
 
Es haberme pasado a buscar aunque sea UNA vez al colegio, es no haberme dejado ir al kiosko cuando tenia 5 años, es haberme levantado de esa vez que me caí en el barro, es haber peleado en el patio con mamá en vez de en mi cuarto, es haberme puesto el maldito termómetro cuando tenia 40 de fiebre. Es haber estado en mi cumpleaños y haber pasado esa navidad, la ultima navidad en casa.

No servís para tener hijos. No podés. No servís. Es así, no servís. Tan simple. ¿Y ya vas por el cuarto? Pobre de mi hermana que tuvo que soportar años de tu maltrato, 
esa nena a la que tanto rebajabas y tildabas de inútil porque no hacía lo que querías, porque no era lo que vos querías que fuera. Y se dio cuenta de que no dabas nada bueno.

Y yo, tu hija ejemplar. Tu preferida, y tu mayor decepción. Inteligente como no pudo serlo mi hermana. Claro, porque salí como vos. Con tu carácter podrido y tu caracter, que no me lo perdonaría nunca.




Mi vida sin mi

Mi vida sin mí


Ann tiene veintitrés años, dos hijas, un marido que pasa más tiempo en paro que trabajando, una madre que odia al mundo, un padre que lleva diez años en la cárcel, un trabajo como limpiadora nocturna en una universidad a la que nunca podrá asistir durante el día. Vive en un remolque en el jardín de su madre, a las afueras de Vancouver. De pronto descubre que le quedan unos meses de vida y opta por no compartir con nadie ese secreto.






"Sé que te sientes tan solo que te duele, sé que no te gusta la gente, sé que tomas demasiados cafés, sé que piensas que la vida está pasando a tu lado y no sabes exactamente cómo y sé que te has obligado a no pensar en mí, porque es rídiculo fantasear sobre alguien que has visto apenas dos veces.
Rezas para que esta sea tu vida sin ti. Rezas para que las niñas quieran a esta mujer que se llama como tú y para que tu marido acabe por quererla. Para que vivan en la casa de al lado y las niñas usen el remolque para jugar a las muñecas y apenas recuerden a su madre que dormía de día y las llevaba de viaje en canoa. Rezas para que tengan momentos de felicidad tan intensos que cualquier pena parezca pequeña a su lado. Rezas a no sabes qué ni a quién, pero rezas, y no sientes nostalgia por la vida que no tendrás, porque para enrtonces habrás muerto, y los muertos no sienten nada. Ni siquiera nostalgia."

"Esta eres tú. Con los ojos cerrados, bajo la lluvia. Nunca pensaste que estarías así, nunca te viste, como lo dirías... como...., como esas personas que disfrutan mirando la luna, que se pasan horas mirando las olas o los atardeceres o, o el viento en los sauces, supongo que sabes de que clase de personas hablo, a lo mejor no. Pero resulta que te gusta estar así, pelándote de frío, notando como el agua traspasa tu chaqueta, te llega a la piel. Y el olor. Y el tacto de la tierra que se hablanda. Y el sonido del agua chocando contra las hojas. Todas las cosas de las que hablan los libros que no has leído. Esta eres tu, quien iba a pensarlo."


"Pensar, no estas acostumbrada a pensar. Cuando tienes un hijo a los 17 años con el único hombre al que has besado en tu vida y luego otro a los 19 con el mismo hombre, y además vives en un remolque en el jardín de tu madre, y tu padre lleva 10 años en la cárcel no tienes tiempo de pensar, quizá se te ha olvidado por falta de práctica.
Sin sueños no se puede vivir. JODER SIN SUEÑOS NO SE PUEDE VIVIR
."



ANN (OFF): "Y te das cuenta de que todos los escaparates brillantes, todas las modelos de los catálogos, todos los colores, las ofertas, las recetas, Martha Stewart, el Día de Acción de Gracias, las películas de Julia Roberts, las montañas de comida grasienta, intentan alejarnos de la muerte. Sin conseguirlo (…). Nadie piensa en la muerte en un supermercado."