domingo, 27 de febrero de 2011

Trastornos

Las tareas que tenía que realizar en el trabajo que mencioné en las entradas anteriores, eran muchas, pero las más básicas consistían en NO sentarme, comer mal, dormir poco y atender a los clientes, revisar y chequear la cantidad de prendas que cada cliente se llevaba al probador, ponerle el seguro a las prendas para que no se las roben, y pararme al costado de la puerta como si fuera la de seguridad para controlar que tampoco se roben ninguna prenda era lo que más hacía cuando no estaba corriendo de un lado a otro atendiendo a las clientes ni haciendo las tareas anteriores.

Llegué al punto de estar tan saturada en ese lugar, de estar de un lado para el otro, de que las clientes me trataran mal, de que las mismas empleadas que eran mis compañeras también me trataran mal, de que no me ayudaran en lo más mínimo, que llegaba triste a casa, a veces de mal humor y empecé a tener trastornos en el sueño.

Me despertaba también sentada hablando sola y repitiendo "40, 42 y 44" que eran los talles en que venían la mayoría de las prendas. Me despertaba también asustada y me paraba desesperada al lado de la cama pensando en que si mi encargada me encontraba durmiendo me iba a matar. ¿Lo peor? Eran las 3 de la mañana y dormía como un oso pero me desperté parada ¿Parada? Sí, me desperté parada al lado de mi placard con los ojos abiertos. No sé cuánto tiempo estuve parada despierta/dormida "vigilando que no se roben la ropa". Cuando me di cuenta que estaba en piyama, que estaba en mi cuarto y que sólo me quedaban poco más de 3 horas de sueño, me agarraba una angustia terrible, sentía que me estaba volviendo loca.

Yo se lo cuento a mis amigos y se matan de risa, porque en parte es chistoso que cuando mi mamá me despertaba le decía "Sí si, haceme un tecito, pero esa remera solo viene en talle 40, 42 y 44", o que se yo, tenía actitudes de las que hasta yo me reía, pero llegé al punto de guardar las llaves o esconderlas porque tenía miedo de levantarme sonámbula en la madrugada y salir para el local.

Desde que renuncié, que estas cosas mermaron bastante, sólo me habrá pasado unas 2 veces, pero espero que se me valla por completo porque no está bueno despertarte parada en el medio de tu habitación. En serio es una imagen que da miedo.

miércoles, 23 de febrero de 2011

Libertad, hermosa y amada libertad

Renuncié.
No aguanté y renuncié. 18 días aguanté en ese lugar horrendo, esa marca de ropa que siempre fue mi favorita, hoy no es sólo más que una marca de ropa femenina explotadora, en donde las chicas que la atienden son en su mayoría personas mediocres e insulsas que sólo les importa su bienestar y que sus uñas estén pintadas. Esas que me hicieron la vida un poquito imposible cada día más.


Pensé que iba a aguantar, pero no, no pude, mi cuerpo y mi cerebro dijeron por favor basta, a esa horrenda jornada laboral diaria de 12 horas agotadoras, a comer terriblemente mal, a dormir mucho peor, al mal humor inevitable después de las 21 hs. Quise aguantar aunque sea un mes para no darles el gusto, pero darles el gusto de qué? ¿De decir que en vez de trabajar 1 mes trabajé 18 días? De seguir malgastando lo poco que tengo de salud en 10 días más? No. 


Salí llorando el viernes 18 del local, en mi hora de almuerzo después de que me hallan "retado" por haber echo las cosas mal cuando ninguna de ellas me dijo cómo se hacía, y por haber llegado tarde de un examen médico que me pidieron en el mismo trabajo. Se me caían las lágrimas mientras buscaba un locutorio para llamar a mi amiga y decirle que por favor llame a el de Recursos Humanos para decirle que tenía que hablar con él a la noche cuando llegara de trabajar. No me alcanzaban las monedas para pagar la llamada y tuve que pedirle a mi amiga si me pasaba a buscar y me prestaba los 80 centavos que me faltaban para viajar en colectivo.


Perdí contra ellas, las dejé ganar, pero era eso o mi salud. Hoy, lo que me queda de consuelo es saber que sus vidas son tan mediocres y vacías que no tienen mejor que joder la vida ajena. 
Gracias a todos los que me dieron palabras lindas para seguir, y perdón si los decepcioné, pero de corazón no pude aguantar más. 

viernes, 18 de febrero de 2011

De 12 horas

Antes, hasta el 31 de Enero, dormía unas 12 horas diarias porque estaba de vacaciones. Hoy ya solo en los recuerdos me quedaron esos días de gloria, de cuando vivía en la computadora o en la cama, aburrida a más no poder, una vida monótona pero de la cual mucho mucho, no me quejaba... De pasar a dormir 12 horas por día, pasé a trabajar 12 horas por día en un no muy lindo ambiente laboral... Encontré trabajo en mi marca de ropa favorita. Tengo que admitir que no voy a entender jamás cómo pude haber quedado ahí. Hace ya más de dos semanas que estoy y me di cuenta de muchas cosas. 


Las chicas que trabajan conmigo, la verdad, son falsas, no me tratan bien y me siento re excluida. Es una situación fea la verdad, porque no es lindo pasar medio día con gente que te hace sentir tan mal... Son todas altas, bronceadas, con piernas laaargas, de carita perfecta, FLACAS, y un pelazo más largo que Rapunzel. Y yo? Bien, acá ando..


Lo bueno, me pagan bien, yo creo que bastante bien igual. Lo malo, es que comencé a trabajar el primer día de liquidación por temporada. Y la verdad que fue horrible. Trabajé 6 horas ese día, pero al segundo día y hasta el día de hoy, trabajo 12 horas diarias de Lunes a Sábados. Gracias con una hora de almuerzo. No te dejan sentarte jamás (sólo en la hora de almuerzo) y la gente te puede o tratar muy bien, o tratar muy mal. No tengo vida social y es como raro, porque en realidad tengo DEMASIADA vida social, hablo con 300 personas por día mínimo, pero quiero vida social con mis amigos, no sé nada de nadie, mis amigos saben poco de mí, me están pasando muchas cosas juntas y la verdad que no doy abasto.


Este cambio, me afectó de tal forma que tengo miedo de quedar con algún trauma (lo voy a contar en otra entrada), por eso, lo que voy a hacer es descansar lo que más pueda estos días y escribir las entradas que les debo y las voy a dejar programadas una o dos veces por semana y les voy a devolver y responder sus comentarios a la noche, cuando vuelva de trabajar. Es una manera de no dejar este espacio que me hace bien justo en un momento en el que ando medio mal. 


Sepan disculpar :(


***  Para aquellos que piensan o creen que puedo llegar a exagerar, les comento, creanme, no les miento, es un ambiente horrible, desgastador, no es solo atender gente, es mucho más que eso, y hacer algo que te hace mal 12 horas por día, 6 veces por semana, me hace ser infeliz, lo admito, pero necesito la plata. Es la única justificación que puedo darles.