Llegué al punto de estar tan saturada en ese lugar, de estar de un lado para el otro, de que las clientes me trataran mal, de que las mismas empleadas que eran mis compañeras también me trataran mal, de que no me ayudaran en lo más mínimo, que llegaba triste a casa, a veces de mal humor y empecé a tener trastornos en el sueño.
Me despertaba también sentada hablando sola y repitiendo "40, 42 y 44" que eran los talles en que venían la mayoría de las prendas. Me despertaba también asustada y me paraba desesperada al lado de la cama pensando en que si mi encargada me encontraba durmiendo me iba a matar. ¿Lo peor? Eran las 3 de la mañana y dormía como un oso pero me desperté parada ¿Parada? Sí, me desperté parada al lado de mi placard con los ojos abiertos. No sé cuánto tiempo estuve parada despierta/dormida "vigilando que no se roben la ropa". Cuando me di cuenta que estaba en piyama, que estaba en mi cuarto y que sólo me quedaban poco más de 3 horas de sueño, me agarraba una angustia terrible, sentía que me estaba volviendo loca.
Yo se lo cuento a mis amigos y se matan de risa, porque en parte es chistoso que cuando mi mamá me despertaba le decía "Sí si, haceme un tecito, pero esa remera solo viene en talle 40, 42 y 44", o que se yo, tenía actitudes de las que hasta yo me reía, pero llegé al punto de guardar las llaves o esconderlas porque tenía miedo de levantarme sonámbula en la madrugada y salir para el local.
Desde que renuncié, que estas cosas mermaron bastante, sólo me habrá pasado unas 2 veces, pero espero que se me valla por completo porque no está bueno despertarte parada en el medio de tu habitación. En serio es una imagen que da miedo.