Victimaria (y temeraria): Mónica, mi ex-suegra
Pelotudo de intermedio: Pablo, mi ex (O el innombrable/Voldemort, es lo mismo)
Voldemort: -Mi amor, gordita* ¿Qué tal si el domingo que viene conocés a la familia? Digamos... Ya es hora... ¿Cúanto hace que estamos juntos? (Casi 3 meses)
Yo -Sí, mi amor me parece bien.
Terminamos la relación esa misma semana. Hablo en serio. El terror de conocer a su mamá, me pudo más que cualquier otra cosa. (Igual, no lo dejé por eso, fueron varias cosas juntas).
Volvimos a los 2 meses, después de estar totalmente incomunicados. (A no ser por dos charlas de msn totalmente básicas e insulsas)
Voldemort: - Gordi*, estuve pensando, tenés que conocer a mamá (mierda que me conocés pendejo, antes era la familia y ahora es tu mamá solamente) digo, hace cuánto que estamos ya bebu*? (casi un año)
Yo: -Sí, mi amor me parece bien.
¿Para qué? ¡Para qué carajo le habré dicho que si a ese hombre por el amor de Dio'! Esa semana antes de conocerla, me imaginé de todo, su aspecto físico, su carácter, su voz, su forma de dirigirse hacia su "hijito", lo único que sabía es que era profesora de Inglés y que era católica. ¿Por qué sabía esas dos cosas? Porque yo hacía 10 años en ese momento, que venía estudiando inglés y también era catequista en una parroquia de barrio, según él nos íbamos a llevar bárbaro (?). ¿Qué fue lo que hizo el inútil? Un día hablando, él me comenta que no ella quiere que yo pise su casa (EH?). ¿Como que no estaba ni un poquito interesada en verme, no? Después de que me agarró un ataque de pánico, unas convulsiones y mi cara se puso blanca color fantasma, recién ahí, recién me dijo:
Voldemort: -Era una jodita bebu*, me encanta cuando te enojás (¿Por qué todos me dicen lo mismo la puta madre?)
Yo: -PE-LO-TU-DO éso es lo que sos.
V: -Igual, osea, en realidad no te mentí gordita*.
Y: -...
V: -O sea, ella es cierto, no quiere que pises su casa y blablabla pero porque le inventé que eras evangelista y se re enojó, no sabés cómo se enculó gordi*! Estaba casi tan enojada como vos ahora mi amor.
Y: -¿Vos sos pelotudo todo el día o descansás para comer? ¿Pero que sos enfermo? ¿Cómo le vas a inventar todo eso?
(A esa altura, yo sabía que la madre era muy religiosa, y que le vallan a decir que la novia de su hijito-querido era evangelista es como decirle a xenofóbico que toda su familia incluyendo al gato y al perro eran gays. O peor).
Después me contó que le dijo la verdad y para que se calmara un poco más, le contó que era catequista hacía ya dos años. Igual muy bien de entrada, se notó que bien no le caí, se ve que le quedó el miedo incrustado pensando en si era o no evangelista y si sus nietos (¿cuáles? La puta madre %&$·) serían evangelistas como su mamá (ella odiaba a los evangelistas y al parecer cualquier otro tipo de religión). Sí. Le tengo terror a la familia de la otra persona, es algo un poco obvio. Y él no ayudaba para nada en quitarme ese miedo.
La realidad es que era una buena mujer, siempre fue muy simpática conmigo, (ya que el inútil le había contado que estaba muerta de miedo y que le tenía miedo a ella también... a su hermana, su hermano, su papá, su abuela, y su perro, etcétera). Salvo por alguna que otra cosita, esa mujer nunca me terminó de cerrar, quizás era sólo cosa mía, por mi inseguridad o quizás eran actitudes de ella que quizás seguía pensando que yo era una evangelista encubierta.
Pero la única que me defendía de las actitues estúpidas del Innombrable.
* Sí, sufrí de apodos como "mi amorshito hermosho", "mi gordita", "gordi" "gorda" "bebota" "bebé" y demás, incluso peores. ¿Lo peor? Me obligaba a usarlos, hasta que me terminé acostumbrando.
Yo: -Gordito*, pero si tu mamá es di-vi-na!